lunes, 16 de noviembre de 2015

VISITA A LA EP N°1 DE GRAL PINTO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

A principios de octubre estuve de visita en la Feria del Libro de la EP N°1 de Gral Pinto, Prov. de Buenos Aires. En las paredes de la escuela habían colgado muy buenos trabajos, hermosos, hechos por los chicos a partir de mis libros.
En la apertura de la Feria tuve una gratísima sorpresa: la fantástica puesta en escena de mi obra "Riquete el del copete" por alumnos de la escuela dirigidos por su maestra, Carolina Piñeyro y ayudante. Hicieron teatro leído y le agregaron un rap y un poema que no está en el libro. Fue encantadora la actuación de todos los chicos y muy buena la adaptación de la obra. ¡Gracias EP N°1 de Gral Pinto!

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Con Gabriela Neme, la bibliotecaria de la escuela:

viernes, 16 de octubre de 2015

EMA WOLF: TEXTOS PARA TODOS (27° Congreso Mundial de IBBY)



Dice Ema Wolf:
"Durante un viaje en auto el escritor Tobias Wolff decidió hacer escuchar a sus hijos la Novena Sinfonía de Beethoven, seguro de que no tardarían en pedirle que sacara "eso" del pasadiscos. Pero era su aporte a la educación estética de los niños y estaba dispuesto a defenderlo. Contra sus previsiones, la escucharon en silencio y al cabo de un rato dijeron cosas como: "¿Qué es esto? Está bueno. Sí, de verdad está muy bueno". T.W. recordó que veinte años atrás escuchar al ampuloso Beethoven era, entre los intelectuales a la moda, casi descalificante. Él siguió escuchándolo, sin embargo, aunque sin poder evitar las dudas: ¿por qué le gustaba?, ¿porque Beethoven era "el Más" o porque era fácil?, ¿qué hacía él enrolado en la estética romántica, siempre sospechada de sentimental?, ¿no tendría él acaso gustos demasiado elementales ya que cualquiera podía disfrutar de esas sinfonías?
Pero ahora que sus hijos reparaban en esa pieza con un placer sincero y sin complicaciones, despojados de prejuicios y reverencia, sintió que la pureza del placer que ellos sentían reforzaba el suyo, volvía a legitimarlo y lo instaba a abandonar toda justificación, a escuchar otra vez sin interferencias culposas.
Leí la anécdota de T.W. mientras estaba atrapada en otra lectura: un libro sobre duendes y elfos, que no me obligó a remitirme a mi infancia, y que tampoco siento la obligación de compartir con los niños. Vinculé las dos cosas.
Tenemos textos para grandes que nadie acercaría a un niño; textos para niños que un grande no se atrevería a disfrutar; textos que, oh sorpresa, son para todos; textos que, oh desconcierto, no se sabe para quiénes son. Somos receptores prediagramados, puestos en cajas, por lo tanto con una visión de mezquino alcance, con trabas para acceder y complicaciones para compartir, condicionados por un terrible malentendido acerca de la madurez; tan arrogantes, tan poco dispuestos a entender que un niño puede disfrutar de las cosas que nos gustan y nosotros de las que le gustan a él, tan incapaces de sospechar que el libro que le estamos acercando quizás no esté a la altura de su inteligencia sino apenas de la nuestra, tan miopes como para no reparar en que las cosas sublimes y las deplorables lo son por igual para las personas que nacieron hace mucho o poco.
Me pregunto cómo sería limpiar el terreno de hojarasca, suprimir las marcas que dividen lo grande y lo pequeño, leer y escuchar sin ninguna prevención, por afuera de cualquier caja, permitir que el interés circule libremente, sin reverencia y sin prejuicios, considerar territorio común a todos los textos y las piezas musicales, recuperar la mirada del que acaba de desembarcar en una isla desconocida, estar abierto a lo indescriptible, explorar, mostrar, dejar que nos muestren, mirar al rey y descubrirlo desnudo".

martes, 13 de octubre de 2015

EN EL FIN DEL MUNDO: VISITA A ESCUELAS DE RÍO GRANDE, TIERRA DEL FUEGO

Maravillosos recuerdos tengo de la visita que de la mano de los bibliotecarios Cesar Augusto Muñoz, Mabel Quinaya y María Inés Arroyo, realicé a las escuelas N°2, N° 8 y N°21 de la ciudad de Río Grande en septiembre de este año. Fueron cuatro días en donde hubo charlas con alumnos, docentes y bibliotecarios, maratón de lectura y hermosas sorpresas que me tenían preparadas.
En la Escuela N°8 Gral. José de San Martín, con chicos, docentes y vicedirectora:

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En la Escuela N°21 Provincias Unidas, con docente, chicos y bibliotecaria:


En la Escuela N°2 Dr. Benjamín Zorrilla, leyendo con los chicos:


Los chicos poniendo en escena Peleonas, mentirosas y haraganas en la Escuela N°21:


Presentándome ante el público en la apertura de la Maratón de Lectura en la Esc. N°2:


Friso con trabajos hechos por lo chicos de la Esc.N°8 a partir de poemas, libros e ilustraciones mías:


Agradezco a todos por la cálida atención que me prestaron. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

COCOROCOCÓ EN EL COLEGIO JUAN BAUTISTA ALBERDI DE ISIDRO CASANOVA



Los siguientes son algunos de los encantadores trabajos que hicieron los chicos de 1° grado turno mañana y tarde con sus maestras del Colegio Juan Bautista Alberdi después de leer Cocorococó, el libro que hicimos con Christian Montenegro y publicó Pequeño Editor. Cada grupo eligió la voz de uno de los animales de Cocorococó para armar su libro:

guau guau

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miau miau
 




oink oink
 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

LA FÁBRICA DE CUENTOS - RADIO ZONICA


En el siguiente link se puede escuchar el audio de la entrevista que me hicieron Maridé Minor y Fabiana Margolis para el 27° programa de la segunda temporada de  La fábrica de cuentos que se emite los lunes por Radio Zonica. También participan del programa Julia Olijnyk, Mabby Torres y Silvina Rodríguez:

 http://fabricadecuentosradio.blogspot.com.ar/



En la foto con Mabby Torres, Maridé Minor y Julia Olijnyk



viernes, 3 de julio de 2015

ANA MARÍA MATUTE: Fragmento de "En el bosque"

Fragmento del discurso de Ana María Matute de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua



"...Porque escribir es, qué duda cabe, un modo de la memoria, una forma privilegiada del recuerdo; yo sólo sé escribir historias porque estoy buscando mi propia historia, porque acaso escribir es la búsqueda de una historia remota que yace en lo más profundo de nuestra memoria y a la que pertenecemos inexorablemente.

Escribir es como una memoria anticipada, el fruto de un malestar entreverado de nostalgia, pero no sólo nostalgia de un pasado desconocido, sino también de un futuro, de un mañana que presentimos y en el que querríamos estar, pero que aún no conocemos, una memoria anticipada, más fuerte aún que la nostalgia del ayer, nostalgia de un tiempo deseado donde quisiéramos haber vivido.

La literatura es, en verdad, la manifestación de ese malestar, de esa insatisfacción expresada de tantas maneras como escritores existen; pero también es, sobre todo, la expresión más maravillosa que yo conozco del deseo de una posibilidad mejor.

Para mí, escribir es la búsqueda de esa posibilidad. Una búsqueda, sin duda. Y, a veces, hasta feroz. Algo parecido a una incesante persecución de la presa más huidiza: uno mismo. Esta búsqueda del reducto interior, esta desesperada esperanza de un remoto reencuentro con nuestro «yo» más íntimo, no es sino el intento de ir más allá de la propia vida, de estar en las otras vidas, el patético deseo de llegar a comprender no solamente la palabra «semejante», que ya es una tarea realmente ardua, sino entender la palabra «otro». Es el camino que un escritor recorre, libro tras libro, página tras página, desde lo más íntimo a lo más común y universal. Sólo así lo personal se vuelve lícito. (...)

Escribir es un descubrimiento diario a través de la palabra, y la palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos.

La palabra es lo que nos salva. Pero no la poseemos sin más, para utilizarla como un instrumento; si la tenemos es porque la consagramos a la búsqueda sin fin de una palabra distinta, no común, laboriosa y exaltadamente perseguida, pero que tan simple, tan sencilla resulta cuando la hemos hallado. Como la reconstrucción del instante en que alguien lloró por primera vez: un momento doloroso y difícil. Qué extraño e insólito, qué asombroso parece, y también, que sencillo y verdadero.

Porque todos y cada uno de nosotros llevamos dentro una palabra, una palabra extraordinaria que todavía no hemos logrado pronunciar. Escribir es para mí la persecución de esa palabra mágica, de la palabra que nos ayude a alcanzar la plenitud; ella es la cifra de mi anhelo: que esa palabra pueda llegar a alguien que la reciba como recibiría el viento un velero en calma sorda y desolada, una palabra que acaso le conduzca hacia la playa, una playa que a veces puede llamarse infancia desaparecida, que puede llamarse vida, o futuro, o recuerdo. Que puede llamarse «tú» o «yo». (...)

La palabra «hermano», la palabra «miedo», la palabra «amor», son palabras muy simples, pero llevan el mundo dentro de sí. No siempre es fácil, ni sencillo, descubrirlo. Hay que intentar alcanzar el oculto resplandor de esas palabras, de todas las palabras, o de una sola que todavía nadie oyó nunca pronunciar.

Toda mi vida ha sido una constante búsqueda de esa palabra capaz de iluminar con su luz el país de las maravillas que tanto nuestro mundo como, sobre todo, nuestro lenguaje albergan, y que no siempre nosotros sabemos indagar. Porque las palabras –lo diré, para terminar, con los versos que cierran el poema de «Alicia»–: «Invaden un País de Maravillas... / Es como ir por un caudal corriendo, / Ligero y tan fugaz como un destello...»

Porque «La vida, dime: ¿es algo más que un sueño?»

FIRMANDO EN LA FERIA DEL LIBRO 2015

Estuvimos en el stand de Edelvives con a la ilustradora Jimena Tello firmando el libro Cereza y Kiwi, y por mi parte firmando Un lugar cómodo, cómodo, ilustrado por Elba Rodríguez. Ambos libros de la colección Pequeletra.

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viernes, 26 de junio de 2015

DEL JUEGO: Rodari y Pescetti

Gianni Rodari: 
“Jugar con las cosas sirve para conocerlas mejor. Y no veo la utilidad de poner límites a la libertad del juego, que sería como negarle la función formativa y cognoscitiva. La fantasía no es un ‘lobo malo’ del que haya que tener miedo, o un delito a perseguir permanentemente con puntilloso patrullamiento. (…) La función creadora de la imaginación pertenece al hombre común, al científico, al técnico; es tan necesaria para los descubrimientos científicos como para el nacimiento de la obra de arte; es incluso condición necesaria de la vida cotidiana…” 

Luis Pescetti: 
“De la misma manera que a los cuentos se los utilizó como vehículos de mensajes morales, a los juegos se los usa con objetivos pedagógicos. Lo repetiremos: las lecciones disfrazadas de juego son una trampa que el niño siempre reconoce. (…) Sólo una sociedad enferma como la nuestra necesita una justificación para permitir el juego.
“En el otro extremo están quienes utilizan los juegos como elementos de mero entretenimiento, de distracción, para calmar a los niños cuando el grupo está muy excitado. Hacer esto es como utilizar un piano para sostener libros o una guitarra para leña; se puede, pero nos estamos perdiendo lo mejor.
“Un juego es una totalidad muy compleja que apunta a una infinidad de aspectos. No es una herramienta de adiestramiento. Se parece más a una obra de arte: nadie ve un cuadro para desarrollar su sensibilidad al amarillo. Podríamos decir que un juego es como una obra de arte (en la mayoría de los casos: anónima y colectiva) que sólo existe cuando se la practica y para quienes la practican, no para los que miran de afuera. (…)
“Una actividad lúdica bien utilizada es una poderosa herramienta de cambio. Los juegos son herramientas de la alegría, y la alegría además de valer en sí misma es una herramienta de la libertad.”

jueves, 4 de junio de 2015

MICHÈLE PETIT: Leer el mundo


Fragmentos de la nota de Jaime Cabrera Junco, en la Web literaria Lee por gusto, sobre el libro Leer el mundo- Experiencias actuales de transmisión cultural de la  antropóloga Michele Petit, que publicó Fondo de Cultura Económica de México

 "...Leer sirve para encontrar fuera de sí palabras a la altura de la propia existencia, figuraciones que permiten poner en escena, de manera distanciada o indirecta, lo que se ha vivido, en particular los capítulos difíciles de cada historia. Para desencadenar súbitas tomas de conciencia de una verdad interior, que se acompañan de una sensación de placer y de la liberación de una energía atascada. Leer sirve para descubrir, no por el razonamiento sino por un desciframiento inconsciente, que lo que nos atormenta, lo que nos asusta, nos pertenece a todos."

"...Michèle Petit sostiene que este libro es un acto de rebeldía “contra el hecho de estar cada vez más obligado, si se defienden las artes y las letras (o también, las ciencias), a proveer pruebas de su rentabilidad inmediata, como si esta fuera su única razón de ser”. Allí está la esencia del libro, uno no debe pedirle a la lectura rentabilidad inmediata como a un banco, es entonces una actividad que nos pone en perspectiva de otros, no necesariamente nos vuelve mejores personas –otra creencia errónea- sino que nos hace entender aquello que al libre mercado no le conviene promover: que más allá de nosotros existen otras personas, que no somos únicos y superiores, que todo es relativo y efímero, que la felicidad no la compras con una tarjeta de plástico."

"...Que los promotores culturales no sientan que han perdido el tiempo si los niños a su cargo no se vuelven lectores. Se trata, dice, de ofrecerles un tesoro de palabras, relatos e imágenes de las que ellos podrán volver mucho tiempo después. El objetivo del libro es reivindicar a la lectura como una actividad que, a diferencia de otras, nos permite comprender el mundo, “es forjar un arte de vivir cotidiano que escape a la obsesión de la evaluación cuantitativa, es forjar una atención”.

MARÍA TERESA ANDRUETTO: sobre la escritura

El oficio es como una alfombra, tiene que estar al servicio de otra cosa. A mayor oficio, mayor fluidez de lo interno que quiere salir. Es importante que esté aceitado para permitir que eso surja, pero es peligroso que se anteponga, que se convierte en puro artificio. Eso que decía Gelman, que la corrección puede hacer nacer un gran poema, pero también lo puede asfixiar. Un punto delicado en el que uno tiene que oír el corazón, lo que se siente al leer eso que se está escribiendo. No debe ahogar algo muy interno que el escritor sabe que está, pero no en qué consiste. Ese resto de no comprensión que anida en toda escritura que se precie. Lo inexplicable.

lunes, 4 de mayo de 2015

LEO LIONNI: Reflexiones sobre el libro-álbum



"Uno de los ingredientes más importantes para estimular y dirigir la imaginación infantil es el libro-álbum. Pues es allí donde el niño tendrá su primer encuentro con una fantasía estructurada, reflejada en su propia imaginación y animada por sus propios sentimientos. Es donde, con la mediación de un lector adulto, descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el verbal. Más tarde, cuando esté solo y pase las páginas una y otra vez, las ilustraciones articularán su primer monólogo interior consciente. Y con el recuerdo de la voz que se ha formado a partir de sus silentes palabras, y del ritmo obtenido, tendrá su primera clase de retórica. Sin saberlo, aprenderá acerca del principio y del fin, la causa y el efecto, y la secuencia. Y, sobre todo, descubrirá un nuevo tipo de mundo verbal, muy diferente en cuanto a estructura y estilo, al caótico tráfico verbal que lo ha rodeado hasta entonces. El libro-álbum, en medio de un ambiente complejo, muchas veces represivo e incomprensible, se convierte en una isla imaginaria. Como el terrarium de mi juventud, es un mundo alternativo donde puede experimentar y aprender sobre el mundo que le rodea."


"De hecho, cuando me preguntan si mi trabajo como autor de libros para niños requiere de un conocimiento de psicología infantil o si pienso o me preocupo por mi audiencia, mi primera respuesta, por instinto, es siempre un enfático: '¡no!'. Sin embargo, casi de inmediato me siento obligado a justificar ese monosílabo impetuoso."
"Lo que en verdad significa mi 'no' es que considero que el impulso de hacer libros para niños, los placeres y los pesares del proceso que conlleva, y la intensidad y calidad de las energías creativas que reúne, realmente no constituyen algo diferente a otros intentos artísticos dirigidos hacia la llamada audiencia adulta. También significa que rechazo la noción de que el niño es una criatura diferente y misteriosamente exótica, cuyos sentimientos, pensamientos y conducta sólo pueden ser entendidos, explicados y manipulados a través de la mediación de expertos."

lunes, 27 de abril de 2015

MARC SORIANO: la literatura para niños y jóvenes


"…Un libro no se presta, se regala. Regalemos nuestros libros, empezando por los que más amamos. Ocuparse de un adulto analfabeto, o de un niño, tomarlo a cargo, hacerlo acceder a la reflexión y al sentido de las responsabilidades a través de los libros donados es un placer tan exaltante como el de la lectura compartida. ¿Para qué formarse una biblioteca personal? No podremos llevárnosla a la tumba. La auténtica, la única biblioteca que poseemos es la formada por los libros que hemos dispersado por el mundo y que hemos logrado que otros amen. Entregarles a los niños hermosos y excelentes libros es un modo de apostar por el porvenir, de prepararlos para luchar con mayor eficacia de la que nosotros hemos demostrado contra los intereses privados, la guerra y la estupidez".

"…El niño es un jugador y es precisamente al jugar con el lenguaje como mejor puede llegar a dominar las reglas gramaticales.
Por otra parte, jugar con las palabras es comenzar a jugar con las ideas. Pronto aprenderá que no todo es juego en la vida, pero dejémoslo jugar lo más posible. Lo ayudaremos así a elegir un oficio acorde con sus gustos, que ejercerá con placer, como si se tratase de un juego, tratando de superarse sin cesar".

"…Ofrescámosles pues a nuestros niños, en lo posible, las más bellas historias de amor de nuestra literatura y de todo el patrimonio de la humanidad. Conviene que sepamos que el amor es el tema que más interesa a nuestros hijos. Y tienen mucha razón. El amor es la única pasión que nos hace salir de nosotros mismos para ponernos al servicio de los otros".

MICHEL TOURNIER: Una puesta en marcha del proceso inventivo


“…Lo más extraordinario del Robinson Crusoe de Defoe es que uno no se contenta con leerlo. Lo que da fuerza y valor a esa obra es que suscita una necesidad irresistible de reescribirla. De ahí que existan innumerables versiones. Hay en algunas obras maestras –y por ello figuran en primera línea de la literatura universal- una incitación a crear, un contagio del verbo creador, una puesta en marcha del proceso inventivo de los lectores. Confieso que para mí ésa es la cumbre del arte. Paul Valéry decía que la inspiración no consiste en el estado en que se encuentra el poeta cuando escribe, sino en el estado en que el poeta que escribe espera poner a su lector. Pienso que de tal afirmación cabría hacer el fundamento de toda una estética literaria.
Pero, ¿no equivale esto a esperar que una obra de arte posea ante todo una determinada virtud pedagógica? Montaigne decía que enseñar a un niño no es llenar un vacío sino encender un fuego. Creo que no se podría pedir más. En cuanto a mí, lo que he ganado es cierta llama que veo a veces brillar en los ojos de mis jóvenes lectores, la presencia de una fuente viva de luz y de calor que se instala de ahora en adelante en un niño, encendida por la virtud de mi libro. Recompensa rara ésta, y que no tiene precio, a todos los esfuerzos, a todas las soledades, a todos los malentendidos”.